7 claves para que tus imágenes ayuden a posicionar
4 de agosto de 2021One Page VS. Web Compleja
19 de octubre de 2021Clic AQUÍ para ver el vídeo de final de la página.
El día que contrataste una página web
Aquel día te reuniste con aquella mujer que diseñaba páginas y que había llamado a tu negocio un montón de veces. Al final te había medio convencido de que, en efecto, te hacía falta digitalizar tu empresa.
Te reuniste con ella, con una buena taza de estrés ("con todo lo que tengo que hacer y ahora perder el tiempo aquí... a ver si no se enrolla demasiado...") y pocas ganas ("si es que yo de estas cosas ni entiendo, me va a hablar y no voy a entender la mitad..., menudo coñazo"), pero lo hiciste. Al fin y al cabo también hay que premiar la perseverancia.
Aunque ya habíais hablado algo de precios, pusiste los ojos en blanco cuando te pasó el presupuesto sin que se le moviese ni un solo pelo de aquel recogido que llevaba. ("Pufff, dónde va esta... si yo en realidad... no había pensado hacer una página de estas")
Pero sus argumentos terminaron convenciéndote:
- Hoy en día, más que nunca, los negocios necesitan estar en Internet, es la era de la digitalización y quién no está en Internet, no existe, esto es así.
- Además, la gente busca información de los negocios, es más, hasta de la gente que los regenta. Es importante de cara a tener una autoridad y mostrarla. Que alguien pueda encontrar información sobre una empresa, ayuda a generar confianza.
- Por otro lado, le da la opción de ampliar mercado, llegar a más personas, conseguir nuevos clientes. Y eso, nunca viene mal, incluso cuando uno piensa que ya tiene trabajo de sobra.
- Se trata de una inversión a corto, medio y largo plazo. Es una inversión como cuando uno invierte en pintar las paredes de su local. Al fin y al cabo, internet es un escaparate global para las empresas.
- Algo más, le haré una web que le ayude a llegar a más gente, porque aparecerá entre los principales resultados de Google. Bueno, siempre y cuando la página tenga un mantenimiento y esté bien actualizada... sino... tal vez suba y de la misma manera baje.
En realidad, muchas de aquellas cosas ya las sabías sin necesidad de ser un experto en la materia... Finalmente, aceptaste y cerraste el trato.
La fase de producción de la página WEB
Pagaste la mitad por adelantado, algo que te pareció justo. Y ella comenzó a trabajar en tu web.
Cuando el día que la contrataste, salió por la puerta, te quedaste tranquilo y relajado ("hala, pues ya está, cuando la tenga que avise y veremos qué pasa").
Pero la cosa no fue así.
LLAMADAS
EMAILS
MENSAJES DE WHATSAPP
¡A aquella mujer parecía que le había hecho la boca un fraile! Que si mándame foto de esto, foto de aquello, que si el texto para no se qué, que si el texto para no se cuantos, que si la historia de la empresa, que si cuál es el servicio estrella, que cuáles los secundarios... Y tú ya estabas que echabas humo por la cabeza. ("¡Pues vaya con la página web, ¡me tendria que pagar ella a mí con todo lo que me está pidiendo!")
Llegó un punto, que soñabas con aquella mujer (y nada erótico, vamos)... Cada vez que sonaba tu teléfono... te entraban escalofríos...
Tus hijos, mucho más duchos en estas cosas que tú, te decían que aquello era lo normal y, vale sí, tenía su lógica. Aquella mujer no se iba a inventar la información y necesitaba quién se la diese... pero... aquello era un tostón.
Lo único que te consolaba era pensar, que una vez que estuviese terminada, te podrías olvidar del tema y de ella.
Mi Nueva WEB
Aquella nueva página era divina, fantástica, no le tuviste que pedir ni un cambio ni medio... menos mal porque con el dinero que te había costado y la tabarra que te había dado...
-Ahora "toca mover la página" -te dijo el día que se presentó para enseñártela y contarte que ya estaba subida a la red, indexada y dada de alta en Google Analytics ("a tí como si está dada de alta en la Seguridad Social...").
-¿Mover la página? -le preguntaste.
-Claro, dar la dirección a vuestros clientes, ponerla en las redes sociales que tengáis, si hacéis publicidad de lo que sea ponerla, en fin... esas cosas... Si subes contenido, moverlo por la red...-te respondió. Y tú pensaste "¿redes sociales? ¿nuevos contenidos?" pero preferiste no entrar en materia o saldría de allí con un contrato nuevo para hacer eso de las redes sociales y vete tú a saber qué más. No, no, no. Ya le darías tú la dirección a tus clientes.
Durante un tiempo "moviste" la dichosa página. A cada cliente le decías con orgullo la dirección y le invitabas a entrar y todo el mundo te decía "ah, pues fenomenal, luego cuando esté tranquilo/a le echo un vistazo". Pero al parecer, por lo que el diseñador te dijo, apenas unos cuantos habían echado ese vistazo ("que ella lo había mirado por el Google Analytics, me decía").
Y como suele pasar con todo lo que es una novedad... el tiempo fue dejando la página web a su deriva y tú seguiste con tu negocio como siempre habías hecho. A corto plazo no notaste apenas diferencia; a medio plazo parecía que te llamaba más gente o te mandaban más mails interesados por tus servicios, pero lo que tendría que haber llegado a largo plazo... apenas fue perceptible. ¿Dónde estaban los nuevos clientes?
Y empezaste a pensar que habías tirado el dinero a la basura al invertir en aquella página web.
Y... ¿ahora qué?
Pasó el tiempo, la página seguiría en donde estaba (imaginaste) y de ella, de aquella mujer, no volviste a saber nada ("lo normal, en realidad").
Un buen día, te llamó una posible clienta por teléfono. Llamaba por fulanito de tal que le había dado tu contacto (que no por la web) y tras un rato de conversación le invitaste a entrar en tu página para que pudiera conocer con más detalle algunos de los servicios de los que disponías.
Te dijo que era lo primero que había hecho, pero que como la página estaba obsoleta y con información anticuada... había preferido llamarte directamente...
Tus ojos se salieron de las cuencas al escuchar aquello ¡¿Cómo era posible?! No lo entendías. Así es que recuperaste el teléfono de la diseñadora web y la llamste. Y le contaste todo lo que aquella mujer te había dicho: que si la página iba muy lenta en la carga, que si no se podían leer muchos párrafos en su nuevo teléfono, que si había informaciones de hacía un año que no se habían actualizado, en fin... eso, y un montón de cosas más.
Para tu sorpresa, tu interlocutora se echó a reir, así, a pleno pulmón, mientras tú no salías de tu asombro. Te dijo que qué esperabas, que las páginas sino se actualizan y se les hace un mantenimiento se quedan obsoletas. Le preguntaste que por qué no la había actualizado o mantenido tal y como decía, y ella te contestó que porque tú no habías pagado ese servicio... a pesar de habértelo ofrecido.
La importancia de ACTUALIZAR y MANTENER una WEB al día
Entonces te resonó un poco aquello... pero en su momento no debiste de entender la importancia, por eso ella te lo explicó.
-Es muy importante mantener una página WEB al día:
- Los usuarios quieren ver información actualizada, no de hace un montón de tiempo, eso no les da confianza.
- Cuando una WEB no se actualiza le aparecen "problemillas" porque los plugins y otras cosas no se ponen al día tampoco y eso puede derivar en problemas técnicos con el tiempo.
- Además, la tecnología va muy rápido en los avances y lo que hoy nos puede parecer una WEB súper rápida mañana parece una tortuga y los usuarios tampoco quieren eso, entrarán y si tarda más de lo que esperan en cargar... se irán, ciao, ciao.
- Los contenidos, las imágenes también deben actualizarse de vez en cuando. Esto no significa cambiar la página por completo, pero sí añadir nueva información que sea útil y actual o reeditar ciertas cosas que hayan quedado obsoletas.
- Cuando añadimos contenidos a un blog, por ejemplo, aparece la fecha de esa creación. Si es actual ayuda al usuario a saber que ese negocio está al día. Si la información es antigua... se puede llegar a pensar que ese negocio ya no está funcionando.
- Lo mismo ocurre con el diseño, si con el paso del tiempo no se actualiza... veremos páginas que nos parecerán arcaicas y saldremos de ahí rápidamente. Y de nuevo, la gente puede pensar que el negocio ya no está funcionando o tener la sensación de que es un negocio "abandonado" o "descuidado" y eso genera una imagen negativa.
En conclusión, que lo que te estaba diciendo es que de la misma manera que un local necesita de vez en cuando una mano de pintura, un cambio de mobiliario, arreglar cosas que se han ido estropeando... una página WEB necesita los mismos cuidados, aunque estos sean de manera digital. Ahora lo tenías claro.
¿Contrato el servicio de MANTENIMIENTO WEB o lo hago yo?
Terminadas sus explicaciones... te preguntó muy seria:
- Entonces, señor: ¿contrata el servicio de mantenimiento o lo quiere hacer usted mismo? -Y antes de que pudieras contestarle con un "lo mismo puedo hacerlo yo.." te dijo:
-Déjeme que le haga unas preguntas:
Como era de esperar, te decidiste a firmar a los pocos días un contrato de mantenimiento de la página web con ella. Y a partir de entonces, esta comenzó a ganar en visibilidad y muchas veces te informaba para que entrases porque había generado nuevos contenidos, nuevas informaciones que eran interesantes para tus clientes y futuros clientes.
Hay un dicho popular que dice eso de: "Manolete, si no sabes torear, pa`qué te metes" ¡ay! y qué razón lleva. ¿Dónde ibas tú a ponerte a aprender un programa de diseño web, a meterte a investigar para redactar nuevos contenidos... vamos, a meterte en camisas de once varas...? Y te acordaste de otro dicho popular, ese que dice eso de "Zapatero, a tus zapatos".
A partir de aquel momento no te tuviste que volver a preocupar de aquella web. Habías delegado una parte importante de tu negocio en una profesional y podías continuar dedicándote a tu negocio, a tus proyectos y a disfrutar del, ya de por sí escaso, tiempo libre.
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Este "cuento" no es un cuento. A menudo hablo con pequeños empresarios o autónomos que se han visto en una situación similar a la que aquí se describe. Personas que sintieron que habían hecho una malísima inversión creando una página web, que aquello no solo no les había traído más clientes, sino que en ocasiones les procuraba problemas y comentarios negativos sobre su negocio.
Si lo que aquí he contado, ha resonado en tu cabeza, te has sentido identificado o identificada, piensa que no fue una mala inversión, sino una inversión incompleta. Y que personas como yo, podemos ayudarte a sacarle provecho, el que un día esperaste, a tu página web.
Si quieres poner en marcha de nuevo tu página web, darle visibilidad y dotarla de contenidos útiles, actualizados y de relevancia, ponte en contacto conmigo y te facilitaré un presupuesto personalizado para tus necesidades y las de tu negocio. Para contactar, solo tienes que hacer clic en el botón de abajo.